Empecemos por recordar que la Iniciativa Mérida nació como resultado de la petición del ex presidente Calderón al ex mandatario George W. Bush de auxiliar a México en su lucha contra el narcotráfico. Como consecuencia de ello, el Subcomité de Apropiaciones del Senado de EU acordó, en 2008, la aprobación de una partida por mil 900 millones de dólares para financiar dicha iniciativa. A partir de entonces y hasta ahora, la iniciativa ha entregado mil 200 millones de dólares a los esfuerzos antinarcóticos de México.

Recientemente leímos en los medios que el presidente de dicho Subcomité, el senador demócrata Patrick Leahy, decidió retener 95 millones de dólares asignados para el presente año. Las razones tienen que ver con su exigencia de obtener mayor información del gobierno mexicano acerca de la utilización que se da a esos recursos.

Es un hecho conocido que aun cuando se hable en términos de dólares no se trata tanto de dinero como de bienes y servicios. Así, se recibieron helicópteros y aviones destinados al Ejército y a la Marina, y también otro tipo de productos vinculados con la inteligencia, la capacitación, etcétera.

El asunto vuelve a plantearnos de algún modo la cuestión de la certificación o, al menos, de la condicionalidad de los recursos. Se sabe que 15% de los recursos de la Iniciativa Mérida es tradicionalmente retenido por el Departamento de Estado, que sólo los libera después de que el gobierno mexicano comprueba que en el empleo de los apoyos proporcionados no se han violado los derechos humanos. Esta primera certificación hoy es complementada con la que exige el senador Leahy al plantear que si los objetivos que en materia de seguridad persigue el gobierno del presidente Peña son distintos a aquellos de Washington o muestran un cambio significativo en la ruta de la cooperación que se ha venido dando entre ambos países, el Congreso de EU deberá tomar cartas en el asunto.

via ¿El fin de la Iniciativa Mérida?.