Como estudiante en Nueva York, tuve la oportunidad de que muchos trabajadores indocumentados que vivían en aquella ciudad me contaran sus historias fascinantes: la de los inmigrantes que llegan sin nada, sólo con el sueño de prosperar. Por supuesto que mis penurias económicas, propias de un becario, no podían compararse, ni de lejos, con su situación ingrata. Desde entonces, los admiro profundamente. Son mexicanos muy valientes que se fueron a Estados Unidos en la búsqueda de las oportunidades que no encontraron acá; que dejaron atrás a sus familias y arriesgaron sus vidas al cruzar la frontera de manera ilegal; que trabajaban largas jornadas, con tesón y excelencia, viviendo modestamente para enviar dinero a su parentela. Gente, sin duda, con un espíritu de vencedor, no de vencido.

via México debe cabildear la reforma migratoria en EU 2013/02/27 | Excélsior.