Publiqué unos meses atrás un artículo sobre Hazleton, una pequeña ciudad en las montañas del noreste de Pennsylvania que en 2006 se volvió el centro del debate sobre migración en Estados Unidos cuando el consejo municipal aprobó una ley local contra la inmigración indocumentada con sanciones para los que emplearan o rentaran a los indocumentados. Esta semana un tribunal de apelaciones volvió a echar abajo la ley, que las cortes nunca han dejado entrar en vigor, en lo que parece una decisión definitiva.

Si bien el debate migratorio en la ciudad ha dejado heridas entre los residentes que apenas empiezan a cicatrizar, también hay razones para tener esperanza de que las cosas están cambiando. Para empezar, la parte más dinámica de la ciudad es justamente donde los inmigrantes tienen sus negocios, y hasta en la calle principal de la ciudad se empieza a notar un número importante de negocios de latinos. Esto no debe ser sorpresa, ya que un 30% de los pequeños negocios en Estados Unidos que se han creado en los últimos dos décadas son obra de inmigrantes, de acuerdo con un reporte del Consejo de las Américas. Hasta los residentes que nacieron ahí admiten que los inmigrantes han revivido una ciudad que había caído económicamente desde que se cerraran las minas.

via Conflicto e Integración.